7 de julio de 2010

¿Calidad = Cantidad + Aprendizaje?

Me encontré con esta maravillosa historia de lo beneficioso que es fracasar temprano, aprender y no darse por vencido. Es sobre un experimento para calificar a los alumnos. Esto fue lo que sucedió:

El maestro de cerámica anunció que dividiría a su clase en dos grupos. Todos los que estaban del lado izquierdo del estudio serían calificados según la cantidad de trabajo que produjeran y los del lado derecho serían calificados solo por la calidad de su trabajo.
Su procedimiento era simple: el último día de clases computaría el peso del trabajo del grupo de la "cantidad": 50 libras de vasijas se calificarían como A, 40 libras como B y así sucesivamente. Aquellos que serían calificados por la "calidad" solo necesitaban producir una vasija para tener una A, pero debía ser una vasija perfecta.
Cuando llegó el momento de la calificación ocurrió un hecho curioso: ¡Los trabajos de mejor calidad fueron todos producidos por el grupo que había sido calificado por la cantidad!
Parece que mientras el grupo de la "cantidad" producía vasijas a lo loco y aprendía de sus errores, el grupo de la "calidad" había dedicado su tiempo a teorizar sobre la perfección y, finalmente, para dar cuenta de sus esfuerzos, no tenían más que grandiosas teorías y un montón de barro muerto.

La única forma de avanzar es adquiriendo experiencia. Para ello se debe tener tesón aun en el fracaso. Esa es la importancia de la experimentación: aprender sistemáticamente.

¿Se puede aplicar esta experiencia a las pruebas de software?. Aun acostumbro probar todo el software al que tengo acceso, experimentar constantemente con nuevas herramientas, ¿Es esto una buena práctica?. Creo que solo el tiempo va a responder esta pregunta.

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